6 de octubre de 2011

¿Qué son los Grupos de Supervisión Formación?


¿Un "grupo de supervisión formación" es un espacio para compartir con un grupo de profesionales una manera de trabajar?, ¿es una manera de intercambiar estilos de intervención?, ¿es un espacio de debate?. Estas son preguntas que suelen aparecer cuando hablo con los equipos acerca de los grupos de supervisión formación, una metodología que fue elaborada a partir de tres fuentes diferentes:

- la Supervisión clínica de casos
- los Grupos operativos de trabajo
- la Dinámica de grupos

Este método de supervisión de equipos y profesionales surge de la propia práctica de la supervisión grupal, en ella he encontrado que, la calidad de la producción grupal, la eficacia del grupo para conseguir una tarea, y la satisfacción que los profesionales obtienen de la experiencia, varia en relación al nivel de maduración que alcanza el grupo en el proceso de ejecución de la tarea, y que el factor maduración es una variable sobre la que se puede intervenir directamente, mejorando la eficacia del grupo.

Para ello es necesario considerar tres aspectos fundamentales:

- la tarea
- el encuadre que la engloba
- el vínculo afectivo que es establece entre los miembros del grupo

Si bien los grupos operativos clásicos parten de la tarea como eje y referencia de la producción grupal, la inclusión del encuadre como referente del sentido que se le asigna a las acciones hacia la consecución de la tarea, constituye un elemento fundamental para el cambio. El encuadre como marco de referencia, y las diferentes maneras en que el grupo se “acomoda” a él, constituye un elemento tan importante como la tarea. Si bien Armando Bauleo puede decir "no existe Tarea sin grupo, ni grupo sin Tarea” (Revista Ilusión Grupal nº2, UAEM, 1989), nosotros podemos decir, que no hay encuadre sin grupo y ni tarea, ni grupo ni tarea y sin encuadre. Este última variable, el encuadre, es el elemento “civilizador”, que permite posicionarse a los miembros del grupo y regular o desregular sus afectos. Funciona como ley y como límite, en tanto es lo que separa y al mismo tiempo lo que une al sujeto con su trabajo, a los sujetos entre ellos, y a ellos con el “afuera”.

Lo Primero: el encuadre

Decimos entonces que el encuadre es el marco de referencia que da sentido a la intervención dentro del grupo, un sentido que en la mayoría de los casos es tácito.

El encuadre, es decir, la regulación del tiempo, el  espacio, y el juego entre los miembros del grupo y esos elementos, requiere como elemento unificador una tarea.

En tanto el encuadre podría ser quien gobierna la forma del grupo, la tarea gobierna su contenido. Lo uno y lo otro son inseparables.
Las dinámicas grupales, siempre asociadas a la tareas (y dentro del marco regulado por el encuadre) van a estar encaminadas a promover la maduración del grupo, esto es, la capacidad de asimilar las ansiedades propias del cambio que limitan la claridad en la comunicación entre los miembros. La maduración del grupo conlleva una maduración de sus miembros, fundamentalmente en aquello que está ligado a la tarea, es decir, la formación profesional. Es por esta razón que llamamos a este tipo de grupo, grupo de supervisión formación ya que integra los dos elementos: formación y supervisión.

¿Qué se trabaja en un grupo de supervisión formación?

Lo que se trabaja con este método es, fundamentalmente, la relación entre:
-  el profesional: persona que es  convocada a cumplir con un determinado rol.
- y su función: ésta es la operación que debe llevar a cabo el profesional para cumplir con este rol.

Diferenciamos función y rol, dado que la primera representa una variable que adquiere su valor en los modos de relacionarse con las otras variables, que interactúan en una determinada situación.

Y el rol representa un modo de conducta socialmente tipificado, con la complejidad de que a su vez implica la “realización de la distribución social del conocimiento”, como plantean J. Berger y Luckman,  "realización" que se cristaliza en la persona que realiza ese rol.

Por esta razón, preferimos a veces decir “lugar” a rol, dado que “lugar” grafica claramente la topologia de las interacciones sociales, dado que realizar un determinado tipo de función ocupa un espacio concreto en el funcionamiento social, un funcionamiento que implica no solo una impostura temporal, sino una transformación más profunda, a la que Bordieu denominaba "aexis corporal", a la que por lo general, nuestro narcisismo se opondrá, por la pérdida que representa.

En el caso de un psicólogo, decimos que no se trata solo de conocerse el librito, cualquiera sea, sino también de parecer un psicólogo, presentarse como uno, y presentar el propio trabajo de forma digna y respetable. Significa abandonar la vanidad de nuestros afectos singulares, para asumir una función social que no encaja precisamente con nuestros gustos y debilidades.
Decimos que ocupar una función exige, por un lado, un cierto grado de “despersonalización” (en el punto en que la función encaja con el rol social) y una especial disposición subjetiva , me refiero a la forma singular en que cada sujeto encarna la función y que determinara el estilo.

Un fallo, tanto en el punto de encaje con la expectativa social (rol) de lo que se espera de uno, como la inhabilidad para poner en juego la potencialidad de la propia subjetividad, esto es todo aquello que refiere al deseo del profesional  o dicho mas sencillamente, lo que hace que nos guste nuestro trabajo. Esto tiene como consecuencia la pérdida de eficacia, tanto en la percepción del desempeño de la función, como en el desempeño real.

Una percepción negativa del propio desempeño conlleva siempre a la inseguridad del profesional y al consecuente efecto de ocultamiento del propio trabajo, la vergüenza y la timidez en la exposición la producción propia, tanto en foros de investigación o coordinación, como en el espacio íntimo de la supervisión.

La incongruencia entre el desempeño percibido y real, sumado a lo antes expuesto, crea profesionales en los que se unen:

·         La dificultad para recibir una crítica de forma constructiva
·         La inseguridad y pérdida de las habilidades sociales necesarias para exponer su trabajo


En conclusión

Los grupos de supervisión formación organizados por la Asociación PASOS, pretenden ser pequeños modelos a escala de la vida real profesional, en el sentido que se ponen en juego de modo controlado y seguro para los participantes, todos estos elementos de manera que se trasforma una limitación en una capacidad.

3 de octubre de 2011

Jornadas de salud mental en Toledo

Cuando todo parece difícil, aparece la voluntad, la motivación  y la buena predisposición de los trabajadores para sacar los proyectos adelante.

Esto, en colaboración con los organizadores del acto, quienes pusieron un enorme esfuerzo en crear un evento único en su tipo.
Los días 28 y 29 de septiembre, se celebraron las II Jornadas de Salud Mental AFAEM-Despertar, en Toledo bajo el lema “Tratamiento Asertivo Comunitario (TAC), Equipos de Apoyo Socio Comunitario (EASC) y Acompañamiento Terapéutico (AT)”. Cabe remarcar que se trata del primer evento dedicado exclusivamente a la intervención socio-comunitaria que integra los enfoques más importantes en el sector. No faltó tampoco una ponencia dedicada a la Gestión de Casos que en Albacete funciona de forma integrada con el equipo TAC.
Una de las experiencias en TAC más reconocidas de Europa, es la que desarrolla el TAC de Avilés, que contó con la representación de Juan José Jambrina, uno de sus fundadores y principal baluarte del Modelo Avilés.
En la misma línea estuvo el aporte de José Uriarte, psiquiatra del TAC Bizcaia y el flemático y contundente D. Nel Anxelu González Zapico, Presidente de AFISA, que desde el punto de vista de las asociaciones de Avilés hizo su aporte al reconocimiento de la eficacia y el buen hacer de los profesionales asturianos.
Cabe destacar las contundentes cifras que mostraron los ponentes: 80% en la disminución de ingresos hospitalarios, y la eliminación definitiva en la zona de Avilés de ingresos involuntarios, con el consiguiente aumento de la calidad de la atención y la calidad de vida de las personas usuarias y familiares.
La situación económica también estuvo presente, por lo que no faltó en las mesas de debate la rentabilidad que representan los equipos frente al coste de una cama hospitalaria, al punto que una sola cama al año, alcanza para sufragar prácticamente el total del coste anual de cualquiera de estos equipos por un año (TAC, EASC y AT), reflexión que convendría elevar a otros niveles.

Por parte de los Equipos de Apoyo Social Comunitarios, estuvieron presentes representantes de los EASC de Fuenlabrada y Latina, que de forma coordinada mostraron la importancia del vínculo, del trabajo en red y la importancia de subvertir las relaciones de poder existentes en el tratamiento a pacientes con enfermedad mental, de manera que estos recuperen su voz y su capacidad de decisión sobre los temas que los afectan. La presentación del trabajo de ambos equipos fue recibido con gran emotividad por las familias y usuarios presentes en el evento, que encontraron en sus palabras una solución a sus problemas.

Ofelia Ramos Fuentenebro y Víctor Hernández Olmedo, profesionales del EASC Latina, se encargaron de dejar bien en alto la complejidad, la dureza y el compromiso que requiere la intervención socio comunitaria a través de la presentación de tres casos diferentes, acercando, de forma clara y contundente, la realidad del día a día del trabajo de los EASC a los profesionales, familias y usuarios presentes. Vale decir, que contaron con el apoyo de 16 profesionales representantes de siete EASC gestionados por Grupo 5, una trabajadora social de ASEM G5 y miembros del Área Técnica de Grupo 5 RPS, que se desplazaron hasta Toledo para presenciar el evento.
La jornada terminó con una introducción al acompañamiento terapéutico, por Alejandro Chevez, fundamentalmente de las técnicas, el trabajo corporal y emocional que requiere un profesional para desempeñar esta labor. También en el hecho de que las técnicas de acompañamiento terapéutico son asumibles por cualquier trabajador que se desempeñe en el área de la intervención socio comunitaria.
No quiero dejar de destacar la riqueza de participar en un foro en la que tanto profesionales, como usuarios y familiares participaron por igual, dando su testimonio de su experiencia en lo referido a las bondades y durezas de la convivencia con la enfermedad mental.

Desde aquí queremos agradecer a Pilar Sánchez y a D. José Mª Pérez Sánchez-Largo de la Asociación AFAEM-Despertar, por habernos permitido vivir esta experiencia que, estoy seguro, no habrá dejado a nadie indiferente.