Por Andrea Ponzanessi. Acompañante
Terapéutica y Psicoanalista.
Correo de contacto: aponzanessi@gmail.com
El primer congreso que se ha llevado
a cabo en Madrid sobre Acompañamiento Terapéutico ha inscripto una marca en los
comienzos de esta práctica en el país.
Por vez primera se ha dado la oportunidad
de un encuentro, una puesta en común del trabajo realizado, de
cuestiones que se vienen deslizando y elaborando desde tiempo atrás.
La posibilidad del Congreso abrió una
puerta que implica, en el futuro, una labor compartida y una referencia
auténtica.
Se percibió durante el Congreso un clima
de expectativa y curiosidad. Sumado a las ganas de escuchar experiencias
realizadas en otras regiones de España como así también de otros países.
El comienzo estuvo caracterizado por
ponencias de personalidades referentes a instituciones que dieron
apoyo a la realización del congreso. Al ser realizado en la Universidad
Complutense de Madrid, el congreso adquirió la impronta académica que se
merece.
Luego de dar apertura al congreso por los
organizadores del mismo, se llevó a cabo la ponencia inaugural de
Alejandro Chévez que le aportó una nota de color y chispa a la mañana con una
propuesta activa para los oyentes, donde se hizo evidente las necesidades
comunes que existían entre diferentes profesiones y ámbitos laborales. Esta
iniciativa produjo una sensación de familiaridad e introdujo dinamismo y
espontaneidad en el congreso.
Escuchamos el surgimiento del
Acompañamiento Terapéutico (AT) en Argentina, Brasil y España por personas de
estos mismos países que continuamente siguen investigando y formalizando el
trabajo del AT. Esta ponencia me permitió pensar en el surgimiento del AT en
España y cómo el contexto social y económico influye de alguna manera y da
lugar a que este dispositivo se instale de forma progresiva.
Profesionales de Madrid y Argentina desarrollaron
fundamentos teóricos propios de la práctica de AT, temas como el
contexto social donde se desarrolla el trabajo, la inclusión del paciente al
mismo, la función y el vínculo fueron los temas que más resonaron en las
ponencias. Un desarrollo que fue de lo general a lo particular, refiriéndose
siempre al trabajo habitual del acompañante.
Luego se dio lugar a lo más esperado por
mí y, por otras personas con las que he tenido la oportunidad de conocer a
partir de este evento. Los casos clínicos realizados en otros países y en
España. Allí se pudieron escuchar los diferentes matices que toma el
Acompañamiento Terapéutico según sea el ámbito de aplicación o el tipo de
paciente del que se trate.
Hubo presentaciones de libros específicos
del tema que posibilitó a los oyentes disponer del marco teórico necesario para
el estudio de esta práctica. Aquí se presento también el primer libro sobre
acompañamiento publicado en España y que lleva precisamente el título:
“Acompañamiento Terapéutico en España”, que cuenta con la colaboración de
muchos profesionales que colaboraron en la realización del mismo. También
se realizaron talleres en los que pudimos acercarnos a los ponentes de un modo
informal, y participar en dinámicas de grupo en donde se podían vivenciar
elementos clave de esta actividad, relacionadas con la exposición en la que se
encuentra el acompañante en su trabajo cotidiano, cuando trabaja en la calle o
en el domicilio de las personas a las que atiende.
He podido encontrar en el Congreso,
diferentes propuestas de trabajo en el que había una coincidencia muy clara en
que el Acompañamiento Terapéutico puede constituirse en una práctica que
viene a dar respuestas concretas a las necesidades emergentes que conlleva el
trabajo con la salud mental. Aportando herramientas operativas y particulares
en el caso por caso, que nos permiten pensar al paciente desde un lugar
subjetivo y único, teniendo en cuenta el ámbito en que habita.
Finalmente, considero que el congreso
permitió ver el rasgo particular que se está gestando en España
en relación a este dispositivo de trabajo.